El professor s’aferra al llibre de text perquè té por, és el que coneix

Publicado por avillan en

Amb motius de les jornades comentades a la darrera entrada, l’Ana Basterra va ser entrevistada per a la pàgina web del CSI-F (Central Sindical Independent i de Funcionaris). Els seus comentaris em semblen força interesants.

La especialista llegada desde Vizcaya, Ana Basterra, defendió dentro del ‘Ceuta nos enseña’ su idea de cambios en el aula Dar ideas, recursos y herramientas para utilizar en el aula al objeto de que los alumnos aprendan de una manera más eficaz. Ese fue el principal objetivo en el que la asesora del Centro de Profesores de Leioa (Vizcaya), Ana Basterra, centró la charla que ayer impartió en la UNED dentro de las jornadas ‘Ceuta nos enseña’ impulsadas por el sector de Educación del CSIF. Este es su punto de vista sobre la relación entre docencia, nuevas tecnologías y metodologías innovadoras en el aula.

–¿Es clave el uso de las nuevas tecnologías en la enseñanza actual?
–Es una herramienta más. Lo verdaderamente importante es cambiar la metodología en el aula, los roles del alumno y el profesor para que el primero sea sujeto activo de su aprendizaje y el profesor entrenador del mismo.
–¿Impulsar un cambio de mentalidad radical?
–Se tiene que ir poco a poco. No podemos, de repente, tomar la decisión de eliminar el libro de texto sino que hay que utilizarlo como una herramienta más y dar pequeños pasitos hacia la innovación y el cambio. No hay que olvidar que nuestros alumnos son ciudadanos del siglo XXI y tenemos que cambiar la metodología en el aula.
–En Vizcaya es asesora en un centro de profesores, ¿cuesta que los docentes se amolden a las nuevas maneras de enseñar?
–Muchísimo. El profesor sigue aferrándose al libro de texto porque tiene miedo y ese es el método que conocen. Por ello el docente sigue siendo el protagonista en el aula y el alumno, como va captando lo que emite el profesor, se convierte en un sujeto pasivo. No hay interacción en el aula, se trabaja individualmente, sin demasiados trabajos en equipo. Creo sinceramente que queda bastante camino por andar.
–¿Considera que cierta parte de la sociedad piensa que se consigue más si se trabaja ‘a la antigua usanza’?
–A ver, el profesor siempre va a tener que controlar el proceso de aprendizaje, si bien debe ir de una manera natural al aula dando peso y poder al alumno para que aprenda a aprender, pero él tiene que tener muy claro el camino y hacia dónde quiere llegar con esos alumnos. Saber qué van a hacer, cómo y para qué.
–En su visita a Ceuta muestra algunos de esos recursos y herramientas a sus colegas de aquí. ¿Nos habla de alguno de esos proyectos que se han demostrado efectivos?
–Concretamente les hablo de dos trabajos que he puesto en práctica yo misma en el aula. Luego los alumnos han evaluado la experiencia y es ahí donde encontramos comentarios tales como ‘he perdido la vergüenza de mí misma’, ‘aprendo mucho mejor que con un libro de texto’, ‘aprendo a aplicar lo aprendido en otras materias’, ‘ahora la exposición oral me sale de una manera fluida y he perdido el tiempo’. Es decir, los propios alumnos se dan cuenta perfectamente de que han trabajado de otra manera y que quieren continuar así. Ellos van construyendo el andamiaje de su propio aprendizaje, van viendo ellos mismos qué dificultades tienen y averiguando quién les puede ayudar. Los proyectos concretamente (se pueden consultar a través de la web) se llaman ‘Un billete de ida y vuelta’ y ‘Haití llora’ y, en ellos, se le va dando al alumno herramientas de planificación del trabajo, pautas, orientaciones… y los alumnos van a hacer tareas diferentes porque debemos considerar que ellos tienen diferentes inteligencias de tal manera que algunos son más científicos, otros más artistas, más comunicativos… Hay que abrir el abanico de posibilidades.
–¿Defiende que proyectos como estos que plantea son aplicables en cualquier contexto? Ya sabe que hay docentes ceutíes que se escudan en ‘las peculiaridades de Ceuta’ para no abrirse a los cambios…
–Por supuesto. He trabajado en un instituto de nivel socioeconómico medio-bajo, con una diversidad impresionante con solo cuatro alumnos autóctonos y hemos trabajado fenomenal. A algunos de ellos les costaba incluso escribir y entender lo que decían y el resultado fue fantástico. ¡Y eso que yo solo trabajaba con ellos cinco horas a la semana! ¿Se imagina si eso mismo lo hicieran todos los profesores en todas las asignaturas? Estoy segura de que aprenderían muchísimo más.


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